El Presidente AMLO, entregará al final de su sexenio un país con más deuda por haber contratado durante su gestión la cantidad de 7.1 mdd, como deuda pública. Recibió el país con 10.7 billones de deuda y habrá de entregar la Presidencia con una deuda de 17.8 mdd.

 

Lo grave no es ahora enterarnos de qué tamaño resultó la omisión, sí no cómo vamos a atender la necesidad de recursos para cumplir con los compromisos de carácter social, que ya son ley más lo que se requiera para atender la emergencia que representa atender a Pemex, más lo que naturalmente se requiere para que la maquinaria del Gobierno del país funcione, entre eso el pago mismo de los compromisos tanto del Gobierno de México, como de Pemex, y el dinero necesario que se requiere para el funcionamiento de la nación.

 

Pemex, cuya situación es tan preocupante que puede ocasionar que le retiren al país el grado de inversión, debe ser prioridad, durante enero del presente 2024, a las finanzas públicas ingresaron 658 mil 903 millones de pesos, de los cuales los relativos a Pemex alcanzaron 63 mil 946 millones de pesos, esto representa el 9.70 por ciento de los ingresos totales del país; requirió de mucho más dinero que el que pudo ingresar a la Tesorería.

 

Si analizamos bien, contribuyen con mayores ingresos a la tesorería nacional, quienes pagan gasolina vía pago del IEPS, que representa en pesos 70 mil 603 millones, (enero 2024) que lo que ingresó la ex paraestatal durante el mismo mes.

 

Tristes momentos vive la empresa que fuera el sustento fiscal básico para soportar excesos de los gobiernos federales y caprichos de las administraciones públicas durante varios sexenios. La clase política, enloquecida: hace promesas que no va poder cumplirle al elector del que quiere ganar su voto.

 

Las promesas rayan en la locura, al prometer entregar pensiones o apoyos adelantados incluso a poblaciones de 60 años, tan sólo por condiciones como ser mujer, por ejemplo, a los jóvenes por ser jóvenes. deberían de saber que no hay forma de cumplir con lo que prometen si no se ejerce en México una muy profunda reforma hacendaria que cargue nuevos impuestos e incremente la tasa a los existentes, para que, al Gobierno, lleguen recursos equivalentes al 8 o 9 por ciento del PIB.

 

Ya se piensa en la implementación de un Sistema Nacional de Cuidados y también de un servicio de salud Universal. Que no haya ya separación entre IMSS e ISSSTE.

 

Que haya un solo sistema de salud con garantía de atender a todos los mexicanos sin diferenciación en estatus social o ubicación geográfica. Suenan bien las ideas solo que el lograrlas implica que el gobierno tenga suficiente dinero para poder ejercerlas.

 

Según, el “Centro de Investigación Económica y Presupuestaria”, para tener un Sistema Nacional de Salud se requeriría, atender 13 servicios esenciales marcados por la Organización Mundial de Salud, un aproximado de entre 4.6 y 5 por ciento del PIB, y para atender un Sistema Nacional de Cuidados, hablaríamos de por lo menos invertir el 1.5 por ciento del PIB, según ha reconocido el, subsecretario de Hacienda.

 

Para atender las dos promesas se requiere al menos un ingreso extra equivalente a 6.5% del PIB y, sin contar Pemex, ni el aumento de la población, en capacidades de recibir apoyos monetarios a partir de los 60 años.

 

Tan sólo en esas dos promesas convertidas en compromisos salud y cuidados hay una necesidad de recaudación extra adicional del 6.5 puntos del PIB.

 

Para que sigan prometiendo los aspirantes a puestos de elección popular y nosotros creyendo en esas promesas.

 

Todo esto suena color de rosa, sin tomar en cuenta que hoy este gobierno federal solicito al congreso de la unión un presupuesto 2024, deficitario muy elevado, más a esto le anexamos que en el año 2025, quien sea presidenta tendrá que pagar una cantidad mayúscula de intereses a los Organismos Internacionales, como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo Monetario Internacional, por citar tres de los más importantes.

 

Cuando nos llegue el pago de la factura no habrá quien pueda pagarla, ni Banco Internacional, que nos quiera seguir prestando más millones de dólares, para seguirnos endeudando más y más.