Hoy te comparto la parte número cuatro de “Experiencias que Valen Oro”, espero que la disfrutes mucho, así como yo disfruté escuchar a la persona de quien hoy te comparto su experiencia; que, aunque en un principio fue dolorosa, su principal característica es que cambió sus circunstancias y ha logrado una vida rica en experiencias. Acompáñame a leerla.

 

EVO 10: Mujer joven que aprendió a “llevar la fiesta en paz”

Vivencia:

“Siendo más joven, conocí al padre de mi hija en una posada, continuamos conociéndonos a través de Facebook y cuando nos veíamos personalmente era muy grato. Un día quedamos de vernos en Puebla, yo le llevé un regalo por el 14 de febrero, día del amor y la amistad, desconociendo que el me propondría que fuéramos novios.

Convivimos en varias ocasiones y compartíamos el gusto por la música electrónica, así que fuimos a varios conciertos y nos divertimos mucho. La constancia al vernos y lo agradable que era, generó un embarazo no planeado, pues, aún éramos estudiantes. Cuando esto sucedió mis padres no estuvieron felices.

Quien fue mi pareja, siempre estuvo disgustado, porque con mi madre y padre no había una relación estrecha; lo que ocasionaba constantes disgustos entre nosotros. Siendo él de Puebla y yo de Tlaxcala, nos fuimos juntos en busca de mejores oportunidades a la Ciudad de México. Sí encontramos trabajo, pero no era lo que esperábamos.

Intentamos una vida juntos como familia y aunque hubo momentos en los que sí funcionó, al paso del tiempo, decidimos establecer una distancia afectiva entre nosotros y tratar de “llevar la fiesta en paz”, como decimos coloquialmente, para ofrecer una buena vida a nuestra hija”.

 

 

Tesis:

Pensaba que su pareja y ella podían estar juntos y a su vez ser buenos padres para su hija.

Antítesis:

Se dio cuenta de que no era necesario ser pareja para poder ser buenos padres.

Síntesis:

En su nuevo conocimiento, ahora ella sabe que pudiendo o no ser pareja del padre de su hija, ambos pueden llevarse bien como personas, para poder ofrecer esa estabilidad emocional, afectiva y de todo tipo, para que su hija se pueda desarrollar de la mejor manera.

Comentario:

Esta “Experiencia que Vale Oro EVO”, nos expone una situación que ya es muy frecuente, más de lo que quisiéramos; pero, que por salud de todas y todos, en la mayoría de las ocasiones es lo mejor. Pues, recordemos otro escrito que hice, al que le puse por nombre “La generación sin prestaciones sociales, casa, vehículo y pareja”. El cual te invito a leer.

Que, entre otras cosas, evidencia que las mujeres y hombres de esta generación, por lo general ya no se casan; y traducido esto en acciones, quiere decir que ya no llevan a cabo los rituales de unión entre las dos familias y, por ende, tampoco hay una fuerte inserción de la nueva y nuevo miembro a la familia de ella y él.

Y bueno, al día de hoy así son las cosas, entonces, lo que ella aprendió, es a que, si la vida es de esta manera; entonces, debía aprender a “llevar la fiesta en paz”. Porque, está de por medio su estabilidad emocional, la de su hijita, la del padre y la de todas las personas involucradas.

Por ahora, con esto cierro mi comentario, evidenciando que así es cómo se ha ido transformando la sociedad y esta forma que ella ha adoptado, es una que ha resultado de los cambios por los que ha pasado en este caso la sociedad tlaxcalteca, extendiéndose al país y porque no decirlo, a nivel mundial.

O bien, sería lo mismo, de la forma inversa. Es decir, son ideas que han surgido en el mundo y que se han ido permeando en este caso en la sociedad tlaxcalteca y poblana.

De igual manera, comentar que ya que estas fechas son tiempos para compartir sentimientos, emociones y en general buena voluntad (esto debería ser siempre). Entonces, que busquemos en la medida de nuestras posibilidades convivir de la mejor manera con todas y todos nuestros seres amados, a modo de que nos la pasemos bien en todo lugar con todas las personas.

Y bueno, si te es posible, eleves una oración por aquellas personas a quienes amas, para que les vaya bien. También, por las que ahora mismo no amas, y por el resto de la humanidad; recordando que somos una gran familia universal y que nos necesitamos unas y unos, a otras y otros.

Y que, para que siempre te vaya bien, escuches a las divinidades, que están ahí en todo momento, susurrándote que hagas cosas, buenas y agradables, para ti y para la humanidad en general. Bueno, cuídate mucho, pásatela genial y que disfrutes mucho este tiempo de convivencia, recordando el nacimiento de lo divino en tu corazón, vida, y que permanezca en ti siempre, en todo tiempo, momento y lugar. ¡Nos vemos pronto!

 

Amor y sociedad.