Nada podría arruinar mi felicidad
Esta reflexión se trata de una experiencia que tuve mientras pasaba por el parque de mi natal Huamantla. Cuando vi a las aves llegar a resguardarse en la tarde-noche, en la copa de los árboles. Lo cual me evocó recuerdos tan bellos de cuando era niña, viendo esa misma escena; y que, admirada podría haber visto por largo tiempo a estos seres hermosos; y de cómo a su llegada hacían las más bellas figuras simétricas y bien organizadas volando en parvada, surcando el espacio; y lo mejor era, que todo eso estaba a mi alcance para verlo y disfrutarlo.