La intención de este segundo escrito de cierre, es dejar en ti una idea, de por qué o para qué es que vivimos tantas situaciones en la vida. Y quiero referirme principalmente a las dolorosas, que nos destrozaron los sentimientos, afectaron nuestras emociones y dejaron traumas y huellas en nuestra alma que muy posiblemente no hemos podido superar y que aún nos duelen.

 

Esta, es una idea de cómo ver la vida y enfrentarla de una manera sobresaliente, digna y hasta cierto punto dulce, después de haber librado todas las situaciones que se nos hayan presentado. Todo esto, con la intención de que el ser humano descanse de sentir odio, rencor o algún otro sentimiento que le desgarre el alma; y que lo sucedido lo pueda ver y utilice para su beneficio, y, por ende, para la sociedad en la que se desenvuelve.

 

Para ello, primero te contaré a muy grandes rasgos lo que dice el libro de Job; el cual encontrarás en la Biblia, específicamente en el antiguo testamento. Y que, dice de él, que era un hombre justo, enfocado en los temas espirituales; que contaba con abundantes recursos económicos, una hermosa familia que se componía de su esposa, hijas e hijos, diez en total y una buena reputación.

 

Y a mi forma de ver y de la lectora o lector, digamos que hemos de pensar que es fácil ser buena persona cuando se trata de tener todas estas cosas. Me imagino que esto sería como vivir en el Edén, sin ninguna complicación. Pero, el ser humano como alma que evoluciona y avanza, no está llamada a quedarse estática.

 

Es entonces, que, en el caso de Job representando en este caso al ser humano, y en el entendido de que quería que su alma evolucionara y se perfeccionara; se preguntó: ¿qué pasaría si yo no tuviera todas estas cosas buenas, sería que podría seguir amando Lo Espiritual?

 

Lo anterior, yo lo entiendo como la purificación y prueba del alma; o como coloquialmente lo conocemos hoy día, sería el trabajo con la sombra. Y es entonces, que le comienzan a acontecer cantidad de cosas para responder aquella pregunta que estaba en su corazón. Las cuales a continuación te las enumero para que las conozcas:

 

 

Primero: Perdió todas las cosas materiales en un día, es decir, sus propiedades, tales como casas, terrenos, edificios, piedras preciosas…

 

Segundo: Tenía en su totalidad diez hijas e hijos y todos murieron en una catástrofe

Tercero: Le viene una enfermedad muy grave en su piel

Cuarto: Su amada esposa ya no es feliz a su lado

Quinto: Las personas comienzan a hablar mal de él, porque creen que seguramente ha hecho algo muy malo, por lo cual le han sobrevenido todos esos males

Sexto: Sus amistades más íntimas le criticaron gravemente

Séptimo: Se da cuenta de que sin Lo Divino él no es nada

 

         Hasta ahorita y con lo narrado anteriormente, habrás de observar el planteamiento de una idea; la cual, es mi intención que te lleve a reflexionar qué venimos a hacer en lo individual y como sociedad a este planeta; reitero, con la intención de dejar en ti una inquietud para hacer algo mejor que solo vivir el día a día sin motivos o convicciones.

 

Hoy en el desenlace, creo que también debo comentar que, a mi forma de ver hay dos tipos de personas:

 

1 Las que como Job, se someten por sí mismas a situaciones que les ayuden a experimentar lo necesario para la purificación y evolución de su alma.

2 Y en donde estamos la mayoría, que es porque en el transcurso de nuestras experiencia de vida vamos haciendo muchas cosas mal y como por así decirlo, no salimos bien libradas o librados como Job, repetimos las experiencias una y otra vez cada vez y ojalá que con nuevos elementos, para salir lo mejor de aquella o aquellas experiencias.

 

Sé que el caso de Job es único en su especie, pues yo me veo y observo alrededor y lo que miro no son actitudes como las que él tuvo. Tú desde donde me lees, te habrás dado cuenta en tu diario vivir que no reaccionamos de esta manera. Porque justamente es eso, aún somos reactivas o reactivos y dejamos de lado la conciencia.

 

Sea este un ejemplo de ser humano modelo, que bien puede ser hombre o mujer, pues todas y todos al final somos almas y estas no tienen sexo; solo en este planeta que es dual; pues, en otros este no es necesario, aquí sí, para efectos de reproducción.

 

Bueno, la invitación es a que leas el libro de Job y conozcas a este gran personaje. Reitero, que bien puede ser una mujer o un hombre; y que busquemos parecernos a este, que no se enojó, desesperó, o se levantó en contra de Las Divinidades. Pues, según yo sabía que esto no se puede; pues estas no son materia, ni tienen sentimientos tan absurdos y vagos como los nuestros. Te dejo con esta reflexión, cuídate mucho y nos vemos pronto.

 

Amor y sociedad.