Vengarse vs Perdonar

Primera parte

 

El perdón hoy en día en una sociedad consumista y globalizada como lo es en la que vivimos, dista mucho de ser popular. Pues lo que se tiende a exaltar es la soberbia, el lujo, el poder, el demostrarle a alguna persona que aquella o aquel individuo puede o tiene determinada cosa o se desenvuelve bien en alguna situación. Y por supuesto, el vengarse de alguien, es el protagonista de muchas existencias o vidas, aunque esto les provoque perder la vida de manera acelerada o lenta.

 

Ahora bien, quiero aclarar de lo que sí voy a hablar en este escrito. Porque no quiero que se entienda que estoy a favor de las injusticias, maltratos o el pensar que no pasa nada, cuando estamos viendo que las personas sufren. No, de ninguna manera es mi postura. Pues, claramente me manifiesto a favor de lo justo, verdadero, amable, de buenos principios y demás que se encuentran relacionados con la armonía entre las y los individuos que se relacionan en comunidad.

 

Y ¿por qué me manifiesto a favor del perdón? Pues, porque de ninguna manera creo que sea bueno que las personas vivamos maniatadas y con cadenas. Creo que visto de esta manera a nadie le conviene esto. Pero a veces, es difícil de lograr, cuando también queremos ser jueces y verdugos, imaginando las mejores formas de castigar a quienes nos hicieron daño.

 

Con ello, bajando nuestra vibración y por ende podríamos manifestar en el cuerpo dolores o enfermedades, pues nuestro ser se encuentra dañado y no está buscando sanarse, sino derrocar a la o al enemigo. Eso sería como vivir en guerra de forma constante y en cada batalla salir herida o herido por la misma temática.

 

Te voy a explicar cómo es que yo lo entiendo, para ello, voy a hacer una sencilla operación matemática, la cual lleva por nombre suma. Hagamos de cuenta que alguien nos hizo algún daño, y a este le asignaremos el número 1. Por ende, la persona que recibió éste, busca hacer venganza, obteniendo con esto otro 1. A esto le conocemos comúnmente como “estar a mano”.

 

Y esto en juego de niñas y niños se resuelve de inmediato. Pero, cuando ya somos personas adultas, no nos conformamos con esto. Pues, tendemos a acumular y a ser unas personas resentidas. Aclaro nuevamente, que, de ninguna manera estoy diciendo que hay que dejar que nos hagan lo que las personas quieran, aunque eso sea dañino.

 

En ese caso, definitivamente hay que mantener la distancia en la medida de lo posible y dar parte a las autoridades en turno de lo sucedido, en primera instancia a las familiares; si es que nosotras o nosotros no podemos o no sabemos brindarnos un trato justo. Cosa que hay que buscar en todo momento a manera de tener una forma de relacionarnos justa y equitativa.

 

A veces, las personas abusadoras, lo único que requieren es que les detengan, porque nadie les ha puesto límites. Otras veces, quieren que se les permita seguir siendo abusivas de forma maliciosa. Bueno, lo más importante es que sí se evidencie la situación que se vive con la intención de que haya un cambio que lleve a mejorar la vida de ambas partes.

 

Porque, la persona abusiva, también sufre, pues, quiere dañar; pero, debe entender que ese comportamiento daña a las personas y a ella misma. En fin, este tema es amplio y no lo voy a abordar. Lo que sí voy a enfatizar nuevamente, es que la situación injusta e infame, debe evidenciarse y continuar con el procedimiento legal, dentro de la familia o la comunidad, para que se haga justicia.

 

Bueno, continuando con mi ejemplo, lo traigo a cuenta. Estábamos con que, si alguien daña, digamos que hizo un 1, y que la persona dañada buscará hacerle otro 1, para estar a mano. Pero, yo te digo que no requieres hacerle ese 1. Que no busques ese tipo de equilibrio y que mejor busques perdonarle. Aclaro, que esto no exime a la persona que dañó, de que deba dar cuenta ante la justicia divina, autoridades en la tierra y cumplir con la condena que se le estipule por sus faltas.

 

A lo que yo he llegado es a que eso solo lo puede resolver la Inteligencia Superior, Luz Divina, Dios o como tú le comprendas…¡continúa la siguiente semana!

 

Amor y sociedad.