En el transcurso de la vida, nos encontramos con personas que a nuestra forma de ver aún son muy faltas de entendimiento, pues vemos cómo es que actúan de manera desordenada en lo que nos toca verlas. Y de igual manera, nos percatamos que a veces o en muchas y repetidas ocasiones, también tenemos matices o grandes temas de lo que desaprobamos.

 

Estudiando un poco de lo que se refiere a la ciencia espírita, la cual trata de la naturaleza, origen y destino de los espíritus, lo cual es lo mismo que las almas o bien personas, y de sus relaciones que tienen con este mundo corporal y material. Me puedo percatar de que esta también se refiere a la reencarnación. Tema que ya hace tiempo me venía llamando la atención, pues, pensaba que, aunque me dedicara todos los días a estudiar, aprender o a hacer algo que fuera de mi interés, estaba segura de que no lograría abarcarlo en su totalidad en una vida.

 

A mis inquietudes se sumaba que cada vez se integraban nuevos elementos que enriquecían mis vivencias y eran más las interrogantes que llegaban a mi cabeza, al grado de abrumarme. Es entonces, que dije: “no podría aprender y conocer todo lo que quiero en una sola vida”. Sin embargo, las religiones occidentales: católico romana y cristiana, quienes en su enseñanza utilizan lo escrito en la Biblia, y ahora me refiero al versículo que se encuentra en la epístola que escribiera el apóstol Pablo a los Hebreos en su verso 9:27, el cual dice: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”.

 

A mi forma de ver encuentro esto cruel, a menos que ahí puedan entrar las explicaciones de la ciencia espírita. Las cuales se refieren a que después de que el espíritu deja el cuerpo material que ocupó, este sí pasa por una especie de juicio que le haría llegar a lugares más elevados y felices si es que éste en su vida inmediata anterior que dejó, sí logró de alguna manera una elevación.

 

De lo contrario, no iría a un mejor lugar; y si es que decide regresar a hacer expiación de lo que no le ayudó a elevar su espíritu, ya sea en este planeta o en otro; en ese lapso, en el que aún no reencarna; coincide la Biblia en cualquiera de sus versiones, con el libro de los espíritus, en que esa estancia no es nada agradable.

 

A continuación, te expongo donde lo puedes constatar. En la Biblia, deberás buscar, la historia de El rico y Lázaro, la cual encontrarás en el evangelio según San Lucas 16:19-31, y dice de esta forma:

 

19 Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20 Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas, 21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno…

 

En la lectura que habrás realizado de la historia arriba expuesta, te podrás dar cuenta de lo que te digo. Pues, aunque Lázaro se encontraba siendo mendigo fuera de la casa del hombre rico, éste nunca le invitó a uno de sus banquetes diarios. También expresa que vestía poca ropa y estaba herido, pues los perros venían y lamían sus heridas. Pudiendo percatarnos con estos comentarios, que aquel hombre empoderado económicamente, en el momento que pudo extender su mano y brindarle un bien a quien mendigaba a su puerta, no lo hizo de esta manera. Él estaba satisfecho y no le importaba una persona con tantas carencias, como era el caso de aquel hombre que limosneaba migajas de pan que cayeran de su mesa.

 

Pero, si juzgamos a este hombre únicamente por esa vida y ya le condenamos, te pido que observes que habría mucha crueldad; porque no tendría ninguna oportunidad de poder corregirse. Y lastimosamente, con seguridad puedo decir que todas las personas que hemos transitado por este planeta necesitamos de esa nueva oportunidad a efecto de poder corregir nuestros errores.

 

Ahora bien, te voy a exponer la pregunta 159 del “Libro de los espíritus” con su debida respuesta.

 

  1. ¿Qué sensación experimenta el alma en el momento en que se reconoce en el mundo de los espíritus?

 

“Eso depende. Si has hecho el mal con el deseo de hacerlo, en un primer momento te sientes muy avergonzado por eso. Para el justo es muy diferente: su alma se siente como aliviada de un gran peso, pues no le teme a ninguna mirada escrutadora”.

 

No es mi intención convencerte de que existe la reencarnación, más bien te invito a que explores todo lo que te surja como duda, para que puedas a través de tu propia información obtenida, y después de haber desarrollado un criterio, deliberar y ver lo que te satisfaga a efecto de seguir evolucionando y siendo un mejor ser humano. Lo que yo te comparto es lo que me ha servido y se refiere al avance de mis deliberaciones.

 

Ahora, y para concluir, traigo a cuenta la respuesta de la pregunta 133ª. Veámosla.

 

 133ª. Pero entonces ¿de qué vale a los Espíritus seguir el camino del bien, si eso no lo exime de las penas de la vida corporal?

 

“Alcanzan más rápido el objetivo. Además, las penas de la vida suelen ser la consecuencia de la imperfección del Espíritu.

 

Cuantas menos imperfecciones tiene, menos tormentos padece. El que no es envidioso, celoso, ni avaro, ni ambicioso, no sufrirá los tormentos que nacen de los defectos”.

 

Bueno, con estas preguntas y respuestas, quiero mostrar que hay personas o espíritus más adelantados que otros, y que se observa en todo momento que lo son. Pero, me es necesario reiterar que todas las personas que transitamos por este planeta, requerimos de un poco de compasión para con el prójimo, porque de igual manera, nos encontramos incluidas e incluidos.

 

Para darnos una idea más o menos de donde nos encontramos, en el escrito de la siguiente semana y en las subsecuentes, te iré compartiendo el orden de los espíritus, de acuerdo con su forma de ser. E insisto, creo poder seguir demostrándote que todos requerimos de una compasión solidaria y colectiva.

 

Por ahora, me despido, no sin antes reiterarte que busquemos tener un mayor nivel de tolerancia solidaria y colectiva. Lo cual de ninguna manera se refiere a que seamos unas personas permisivas y dejadas, pero que sí cambiemos la forma de vernos y de ver a las personas, pues todas y todos somos necesitados. Y que más bien, busquemos la orientación de las divinidades, a efecto de ser valientes para cambiar lo que a nosotras y nosotros corresponde.

 

Que tengas una gran semana de reflexión y búsqueda de hacer las cosas de una mejor manera, para que no nos andemos atacando unas y unos a otros y que más bien, busquemos encontrar las mejores soluciones para las situaciones que se nos presentan en la vida, actuando apegadas y apegados a la sabiduría y a los buenos ordenamientos morales y espirituales.

 

Sé que es un tema complejo, pero recuerda que eres un ser espiritual y que, si actúas de manera constante en buscar una conexión con tu parte espiritual, lo vas a lograr, y ella te llenará, y sabrás que vas por buen camino, porque te dará buena orientación, guianza y dirección. También te pido que recuerdes que, si lo anterior se encuentra enfocado a egoísmo, celos, envidia y cosas similares, es posible que te encuentres escuchando a espíritus que no te llevan a bien. Así que recuerda que estos consejos deberán estar orientados a una alta moral y principios espirituales y naturales que te llevarán a un crecimiento o evolución de tu ser. Bueno, ¡Cuídate mucho y nos vemos pronto!

 

Amor y sociedad.