La celebración del día del padre, ha sido al día de hoy un poco menos mencionada con respecto a la de la madre. Sin embargo, esto de ninguna manera quiere decir que sea menos meritoria; pues, a través de la historia nos hemos encontrado a padres que han tomado este rol y lo han llevado con gran dignidad, poniendo muy en alto el nombre de ser padre. Es por ello, que el día de hoy; si es que tú formas parte de ese número de personas especiales que vivieron con sus hijas e hijos algo como lo siguiente:

 

  1. Que soñaron con llevar dignamente ese rol en sus vidas, con amor y responsabilidad
  2. Y cuando se llegó el momento, se encontraban preparados para la llegada de su hija o hijo
  3. Al tenerle en sus brazos estuvieron contentos con su niña o niño, pues no tenían expectativas, ni preferencias al respecto
  4. Ya durante la vida de ese nuevo ser en este mundo, estuvieron ahí para cambiar pañales, desvelarse para que la o el bebé se durmiera; o bien cuidarle para que la madre pudiera descansar, entre otras cosas
  5. Que siempre estuvieron al pendiente de que no le faltara nada en afecto y lo relacionado a la parte económica y a su salud
  6. Ayudándole en todo momento, junto con su madre; a que aquella personita se sintiera amada, protegida y cuidada
  7. Que hubiera conocido y celebrado con ella o él su primera sonrisita, la salida de sus primeros dientitos
  8. Cuidando con amor, cualquier malestar en su estomaguito o cualquier parte de su pequeño cuerpo
  9. Y que cuando fuera a la estancia o escuela, hubiera tenido el tiempo para llevarle y brindarle seguridad y sostenerse así hasta que se graduase de esta
  10. En fin, que en pocas palabras hubiera formado parte de su vida; teniendo recuerdos amorosos de su padre a quien ella o él mencionen en las conversaciones con sus amistades y se sepa un ser amado, solo por el hecho de haber venido al mundo, porque forma parte del de papá.

 

Pero, si este no fue tu caso; y en tu forma de ser no estaba el ver la paternidad como una de tus misiones de vida; aún estás a tiempo de retomar este tema y reflexionarlo, a modo de observar qué es lo que puedes y quieres hacer al respecto de estos puntos mencionados, aunque ya solo te toque la parte adulta.

Por otra parte, si tú eres aquella persona que sí tiene ese sentimiento caluroso en su corazón y lo manifiesta con acciones materiales, permíteme dedicarte estas palabras:

 

Deseo para ti que tu camino sea guardado por las divinidades, que el trabajo que realicen tus manos sea bendecido y prosperado, que tu dinero te alcance y sobre para cubrir tus necesidades, las de tu hogar, e hijas e hijos, para apoyar a tu madre y padre. Que en tu casa o donde vivan tus niñas y/o niños, te reciban con un gran beso y abrazo, porque han sentido ese lazo de amor fortalecido y la confianza que tú les transmites. Que tu vida sea próspera y abundante en todos los sentidos.

 

De igual manera, hago extensivas estas palabras para todas esas mujeres guerreras, que, aunque el padre de sus hijas e hijos se encuentre ausente de todas las formas; ellas luchan o lucharon para que sus retoños tengan o hayan tenido en la medida de sus posibilidades lo más que puedan o hubieran podido darles a modo de hacerles en un futuro mujeres y hombres de bien; que capacitadas y capacitados para toda buena obra, pudieran ser buenas y buenos con ellas y ellos y la sociedad en la que se desenvuelven.

 

Así también incluyo a los maestros, tíos, primos o vecinos, que, en algún momento de su vida, ejercieron ese papel, por un amor que nació en ellos transmitir; y que, de igual manera, ayudaron en la crianza de esos seres pequeñitos que necesitaban de su consejo, afecto y enseñanza. Es así que me despido, enfatizando la frase que dice: ¡FELIZ DÍA DEL PADRE! Que sean muy festejados y estrechen sus relaciones afectivas con sus hijas e hijos a modo de que se transmitan un calor sublime que satisfaga su alma e incremente su afecto y se traduzca en un sentimiento dulce y cálido. ¡Que tengan una gran semana y hasta pronto!

 

Amor y sociedad.