A propósito del día de la y del niño, te pido que, aunque seas una persona adulta; te pienses a ti misma o mismo, siendo pequeña o pequeño; pues, si hubiera algún bloqueo emocional en tu vida y que éste se encontrase en alguna experiencia vivida en tu niñez; pues, esta lectura pueda cumplir su misión, la cual se trata de la intención de querer ayudarte a reflexionar al respecto a efecto de trascender dicho bloqueo.

 

Para ello, te pido que comiences viendo de forma consciente cada vivencia o situación en la que te sientas con culpa o miedo. Lo cual lograrás poniendo atención en lo que vives. Por ejemplo: cuando vas a la casa de tu abuela o abuelo, ves a un familiar, paseas por el parque al que ibas a jugar cuando eras niña o niño, o cuando ibas a la escuela o bien al trabajo.

 

En fin, cuando vas a los lugares a los que ibas o actualmente frecuentas, o ves a personas o cosas relacionadas con algún sentimiento. Pero, no solamente me refiero en la vida real; sino que también en el recuerdo, a tus memorias o vivencias. La idea en general es que te preguntes si es que esa persona, lugar o cosa; te es agradable o desagradable.

 

En caso de que encuentres que hay alguna persona, lugar o cosa, que te genere o te haga sentir miedo o culpa; te pido que recuerdes y desmenuces a conciencia esa situación, con el objetivo de encontrar el momento oculto donde surgió aquel sentimiento.

 

Pues, lo más probable es que ahí se encuentre ese pedacito de tu niña o niño interior; muy posiblemente asustada o asustado llorando en un rincón (por así decirlo), y causando bloqueos emocionales en tu vida actual. Es posible que llores, cuando le encuentres; por eso te sugiero tener tacto para hablarte amorosamente.

 

Pero, por muy doloroso que sea, te pido que seas fuerte; pues, recuerda que ya eres una persona adulta; que ha salido adelante de esas y de muchas otras situaciones más difíciles. Así que ármate de valor y sé capaz de ir por aquella o aquel ser pequeñito y comienza a consolarle, amorosamente. De ninguna manera, le regañes o reclames; pues, eso es lo menos que necesita o necesitas. Pues, recuerda que eres tú de niña o niño; cuando no comprendías lo que pasaba.

 

Platícale o platícate dulcemente lo que has hecho, y de todo lo que te has recuperado; hasta que le hagas sentir confianza en ti. No le mientas, puedes ser sincera o sincero y decirle que también has sentido miedo en algunas situaciones; pero, que te has esforzado y que si aún no lo has logrado; manifiéstale tu compromiso por seguir haciendo lo necesario para que esto suceda.

 

La única idea es que la o lo integres a ti misma o mismo, pues es una parte de ti; que de alguna manera por así decirlo se desfragmentó o se soltó de ti cuando tuviste miedo o sentiste culpa, tristeza, dolor y demás; y que las fuerzas no te alcanzaron para seguirte el paso.

 

Pero, recuerda que ahora ya eres grande; y puedes hacerte responsable de cada parte de ti. Pues, como buena o buen capitán de tu nave; eres quien maneja los controles y le das la dirección que quieres. Lo cual no significa que todo salga sin contradicción, sino que te esfuerzas para resolver cada situación que se presenta y hacerla que sea a tu favor.

 

Bueno, pues esta reflexión es mi regalo para ti para este día de la niña y del niño. Siendo mi deseo que estés integrada e integrado al cien por ciento en ti misma o mismo. Ojalá te guste mucho este escrito. Pues, lo escribí con la intención de que te sea de mucha ayuda en tu diario vivir. Sé muy feliz en este día y en el resto de tu vida. Ah, y no olvides consentirte.