Decidí escribir al respecto de este tema, porque lo considero parte de mi cotidianeidad. Primero te voy a decir que las personas católicas romanas, son quienes van a misa y en sus iglesias hay imágenes a quienes les llaman santas y santos. Enseguida, se encuentran las y los católicos cristianos, quienes se reúnen o congregan en salones o casas principalmente y una de sus características es que no hay ninguna imagen en aquellos lugares.

 

Yo he estado en ambas formas de creer. Y a las dos les agradezco sus enseñanzas y cobijo; las amo por lo que me dieron y al día de hoy fervientemente y con agrado voy a cualquiera de ellas si es que recibo una invitación de alguna persona que sea integrante de las mismas.

 

Me agrada ver a las personas alimentando sus almas de buenas vibras y dedicando tiempo a incrementar su parte espiritual. Me siento bien, cuando éstas y éstos, después de haber ido a misa o a su congregación, son dulces y agradables para consigo mismas y mismos y para con las y los demás. Obvio que me refiero cuando esto es auténtico, aunque muy frecuentemente sea por un breve momento.

 

He estudiado a ambas ampliamente y he podido conocer a lo que se refieren. Los estudios que constatan mi preparación al respecto, son el haber estudiado en el Centro Internacional de Estudios Ministeriales en Guatemala (CIEM), y posteriormente en el Instituto Ministerial y Urbano (TUMI), que provenía de los Estados Unidos de América y que estudié en Apizaco; destacando en ambos como la primera de la clase. Aprovecho para enviar un cordial saludo a mis maestras, maestros, compañeras y compañeros.

 

Una vez aclarado que sí tengo conocimiento para hablar de este tema y de estas religiones que son las más grandes, que he estado en ellas y que les he estudiado ampliamente. Y sin entrar en detalles, solo diré que sí mal miran las y los miembros de una religión a quienes son de la otra. Uno de los principales motivos son las imágenes que hay en las iglesias católicas romanas.

 

Yo logré entender esto de una manera amistosa, hasta que cursé la Maestría en Análisis Regional, de la cual fui la primera en titularme del seminario de Población y Desarrollo, que fue del que salí; y que, de igual manera, aprovecho para enviarles un afectuoso saludo a todas las Doctoras que conforman a este, y a quienes fueron mis maestras y maestros en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias Sobre Desarrollo Regional (CIISDER).

 

Pues, fue ahí y mientras cursaba estos estudios, que comprendí que, como somos seres materiales, para entender el medio ambiente que nos rodea, construimos figuras e imágenes, que es lo que se llama representación social.

 

Es decir, es como si tuvieras plastilina en tus manos y le dieras una forma a esta, según lo que crees y percibes con tus sentidos materiales y espirituales. Por poner un ejemplo clásico y pensando en cómo hicieron los primeros seres humanos para representar al sol. Supongo que, para dibujarle, habrían podido hacer un círculo y podrían ponerle una especie de rayos que salían de su alrededor.

 

Y cuando aprendieron a utilizar colores, lo vistieron de rojo, porque si se exponían mucho tiempo a el, así les quedaba la piel. O cuando lo dibujaban amarillo, era porque así lo veían cuando ya estaba por ocultarse…

 

Lo cierto es que, de alguna manera parecida, es como fueron creadas y creados los santos. A quienes les representaron con un cuerpo material y humano, ya sea de mujer o de hombre, porque, reitero es lo que conocían. Y les pusieron características que habían observado en estas o estos.

 

Algunas de las que les pusieron a las mujeres, fueron las de ser madres, tiernas, bellas, compasivas, maternales, delicadas, sumisas, entre otras. Por su parte, a los varones les equipararon las de ser padres, el trabajo, estudio, de ser la cabeza de la familia, entre otras. Estereotipando con ello a cada género.

 

Es entonces que, por poner un ejemplo, como figura ya creada tenemos a San Isidro Labrador, donde esta imagen se refiere a que quien cultiva la tierra quiera tener buenas cosechas. Y los símbolos o características con los que fue creado este emblema, para quien la ve, logre una buena cosecha; es que deberá levantarse temprano, como él se levantaba temprano; ser diligente con su trabajo, como él era diligente con su trabajo; deshierbar, abonar…en fin, todo lo relacionado al cuidado de la tierra, para que esta diera su fruto en su tiempo y de buena calidad.

 

Continúa la siguiente semana…

 

Amor y sociedad.