A dos años de conmemorar cinco siglos de la fundación de la ciudad de Tlaxcala, el ayuntamiento de la histórica capital, encabezado por Maribel Pérez Arenas, hizo entrega del galardón con motivo de su aniversario, no a un personaje distinguido como suele ocurrir, sino a artesanos-artistas que con sus manos hacen magia al transformar la materia en objetos significativos que nos dan identidad y conocemos como arte popular o artesanía.
La atinada decisión del cabildo del municipio de Tlaxcala y de la mujer que lo dirige no pudo ser más atinada, ya que si hay un sector de la población que durante muchos años ha trabajado en diferentes generaciones para llevar el nombre de Tlaxcala a otras partes del país e incluso al extranjero han sido sobre todo los artesanos de la madera. Pero no deben pasar desapercibidos, mujeres y hombres que desde los antiguos cuatro señoríos venían destacándose por sus obras materiales y que hoy por hoy dan muestra de su creatividad e imaginación con objetos en diferentes maderas con diversos hilados y prendas y objetos de decoración de casas, habitaciones y porque no decirlo de otro tipo de espacios como negocios de servicios públicos sobre todo, que hacen del ámbito particular y del lugar público una muestra más de la magia que envuelve la artesanía de mujeres y hombres de Tlaxcala.
Por esta razón y otras más, este reconocimiento en el 498 aniversario de la fundación de Tlaxcala, debe quedar en la crónica municipal, en el archivo institucional y en el imaginario colectivo, sobre todo ahora que Tlaxcala es sede de un evento deportivo internacional que el patrimonio más importante que tenemos en Tlaxcala no es de una persona, un grupo político o un sector empresarial, que si bien aportan al desarrollo de Tlaxcala los que destacan para dar la identidad de lo que hemos sido y somos hoy, son los artesanos.
