Las sandalias más antiguas que hayamos encontrado tienen más de 10.000 años, pero unas huellas fósiles podrían retrasar el origen del calzado a hace 150.000 años.

 

Desde los primeros pasos sobre la tierra hasta el ajetreo de las modernas ciudades, los zapatos han sido un complemento indispensable para el ser humano. Cada día, millones de personas se calzan sin pensar en el extraordinario legado de protección y confort que nos han brindado a lo largo de los milenios. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cómo comenzó todo esto? ¿Cuándo y por qué nuestros ancestros sintieron la necesidad de cubrir sus pies? Este misterio revela innovaciones prácticas que llegaron de la mano de profundas transformaciones culturales.

 

En este artículo, nos sumergiremos en la historia para descubrir los orígenes del calzado. Exploraremos hallazgos arqueológicos desde la prehistoria hasta las civilizaciones antiguas y examinaremos cómo los primeros zapatos reflejaban las necesidades y los entornos de quienes los usaban. Acompáñanos en este viaje por el tiempo, donde cada paso nos acerca más a entender cómo nuestros antepasados dejaron su huella en el mundo, literalmente.

 

Los orígenes del zapato

El viaje por la historia del calzado nos lleva inicialmente a un descubrimiento sorprendente en Oregón, donde las sandalias más antiguas conocidas nos ofrecen un vislumbre del pasado distante. Estas sandalias, encontradas en la cueva Fort Rock, datan de hace unos 10 400 años y están hábilmente tejidas con corteza de artemisa y otras fibras naturales. Su diseño sofisticado sugiere no solo una necesidad de protección, sino también un entendimiento temprano de la artesanía y la ergonomía.

 

Más allá de Estados Unidos, otros hallazgos complementan esta narrativa. En Armenia, por ejemplo, se descubrieron zapatos de cuero bien preservados de unos 5500 años de antigüedad, mientras que, en España, sandalias de hierba de hace 6200 años indican una adaptación temprana a diversos climas y terrenos.

 

Un caso particularmente intrigante es el de la momia de la cueva Spirit en Nevada, con unos zapatos que podrían ser incluso más antiguos que las sandalias de Fort Rock. Estos mocasines de piel, encontrados junto a restos humanos que datan de hace aproximadamente 10 600 años, aunque la datación genera debate, podrían empujar aún más atrás la línea del tiempo del uso humano de calzado. Estos descubrimientos no solo destacan la antigüedad del calzado sino también su importancia en la supervivencia y la vida diaria de nuestros ancestros.

 

Y lo que el tiempo se llevó

En la costa de Sudáfrica, un equipo de investigadores descubrió huellas fósiles que podrían cambiar lo que sabemos sobre la antigüedad del calzado. Estas huellas, posiblemente datadas hasta 150 000 años atrás, muestran una notable ausencia de impresiones de dedos, sugiriendo que los individuos que las dejaron podrían haber estado usando algún tipo de calzado. Esta especulación, propuesta por Charles Helm y su equipo de la Universidad Nelson Mandela, invita a una reconsideración de la capacidad tecnológica y cultural de nuestros antiguos ancestros.

 

Sin embargo, la tarea de confirmar el uso de calzado en tales tiempos remotos es complicada por la naturaleza efímera de los materiales utilizados. Los zapatos antiguos, fabricados con pieles de animales y fibras vegetales, tienden a descomponerse rápidamente en el registro arqueológico, dejando pocas evidencias directas de su existencia. Por lo tanto, los científicos se enfrentan a un desafío significativo: dependen de huellas indirectas, como las huellas fósiles, para inferir el uso de calzado mucho antes de que tengamos evidencias físicas de los zapatos mismos.

 

Este dilema destaca la dificultad de trazar la historia del calzado, así como la importancia de interpretar cuidadosamente las evidencias arqueológicas y paleontológicas disponibles. A través de este enfoque, podemos empezar a comprender mejor cómo y cuándo los humanos empezamos a modificar sus entornos y sus cuerpos con herramientas cada vez más complejas, como los zapatos.

 

Del calzado prehistórico a las zapatillas de moda

A lo largo de la historia, el diseño del calzado ha reflejado una evolución fascinante, desde simples elementos de protección hasta convertirse en complejas obras de arte y símbolos de estatus cultural. En la antigua Roma, por ejemplo, las caligae, sandalias pesadas claveteadas utilizadas por los soldados, servían para marchar sobre terrenos difíciles y como indicativo del rango militar y la disciplina. En contraste, las delicadas sandalias halladas en tumbas egipcias, decoradas con oro y piedras preciosas, destacaban la riqueza y el poder de sus portadores.

 

En la Edad del Bronce, las botas descubiertas en los glaciares de Noruega, hechas de cuero resistente, mostraban adaptaciones específicas para climas fríos, resaltando cómo la necesidad de sobrevivir en ambientes hostiles impulsó innovaciones en el diseño del calzado. Cada uno de estos ejemplos destaca cómo los cambios en materiales, estética y función han sido influenciados por las necesidades, tecnologías y valores estéticos de diferentes épocas y culturas.

 

El calzado ha evolucionado de ser una mera protección para los pies a convertirse en una expresión intrínseca de la cultura y la tecnología de cada época. Desde las primeras sandalias tejidas hasta los modernos zapatos deportivos de alta tecnología, cada diseño refleja las necesidades, los materiales disponibles y los avances tecnológicos de su tiempo. Al mirar nuestros zapatos hoy, vemos más que moda o funcionalidad; vemos siglos de innovación, adaptación y estilo que conectan directamente con nuestros ancestros, mostrando que, en cada paso que damos, caminamos sobre las huellas de la historia.

 

Referencias:

 

Choi, C. 2024. When did humans start wearing shoes? livescience.com.

Helm, C. et al. 2023. Possible shod-hominin tracks on South Africa’s Cape coast. Ichnos, 30 (2), 79–97. DOI: 10.1080/10420940.2023.2249585.