Numerosas investigaciones han indagado sobre las diferencias de género en cuanto al bienestar y la satisfacción con la vida. ¿Quiénes son más felices: hombres o mujeres?

 

El sentimiento de felicidad es muy amplio y depende de factores como la edad, el poder adquisitivo, el trabajo o las relaciones sociales. Sin embargo, algunas investigaciones han explorado las diferencias de género en la felicidad, con resultados muy dispares entre sí. ¿Quiénes son más felices: las mujeres o los hombres?

 

Según una encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2022 sobre las condiciones de vida de los españoles, el 68,4 % de los hombres afirmó tener el sentimiento de felicidad frente al 66,2 % de las mujeres.

 

Los resultados de otra encuesta elaborada en 2018 en España y América Latina por el Observatorio de la Felicidad de Crear Salud revelaron datos similares: los hombres se consideran más felices (59,8%) que las mujeres (56,6 %). Este sondeo contó con la participación de 44.039 personas, a las que se evaluó en función de su bienestar y satisfacción con la vida.

 

Algo que no se refleja de la misma manera en otros países. Por ejemplo, según un estudio de 2018 realizado por la Oficina Nacional de Estadística de Reino Unido a más de 300.000 personas, las mujeres británicas son más felices y están más satisfechas con su vida que los hombres, pero admiten que son más propensas a que su bienestar se vea minado por la ansiedad.

 

Por otro lado, y utilizando datos de todos los países a lo largo del tiempo, un trabajo del National Bureau of Economic Research en 2022, demostró que, en líneas generales, las mujeres son más infelices que los hombres y, además, tienen más días malos anímicamente y con peor calidad de sueño.

 

“Las mujeres también están menos satisfechas con muchos aspectos de su vida, como la democracia, la economía, el estado de la educación y los servicios sanitarios. También son menos felices con el presente en términos de paz y calma, alegría, sensación de actividad, vigor, frescura y descanso”, en palabras de los investigadores, David G. Blanchflower y Alex Bryson.

 

La paradoja de la felicidad de la mujer

De hecho, algunos expertos han observado una tendencia claramente descendente en lo que se refiere a la evolución de la felicidad de la mujer en las últimas décadas. Concretamente, tras analizar las tendencias de felicidad de ciudadanos estadounidenses entre 1970 y 2005, los economistas Betsey Stevenson y Justin Wolfers hablaron de una “paradoja del declive de la felicidad femenina”.

 

Y es que, en la década de 1970, las mujeres estadounidenses en general puntuaban su satisfacción con la vida más alto que los hombres. A partir de entonces, las puntuaciones de felicidad de las mujeres disminuyeron, mientras que las de los hombres se mantuvieron más o menos estables.

 

 “A pesar de tener más libertad y oportunidades laborales que nunca, ellas presentan ahora mayores niveles de ansiedad y más problemas de salud mental, como depresión, ira o soledad, así como mayor sueño intranquilo. Y estos resultados se observan en muchos países y en distintos grupos de edad”, señala Lowri Dowthwaite-Walsh, psicóloga de la Universidad de Central Lancashire.

 

Lo cierto es que las mujeres viven más que los hombres en todos los países del mundo, pese a enfrentarse a mayores niveles de pobreza que ellos, mayores probabilidades de sufrir violencia sexual y muchas otras formas de discriminación.

 

Pero, aunque vivan más tiempo, no está claro si su bienestar aflora al mismo nivel. Una encuesta reciente realizada por la Asociación Americana de Psicología, que revela que la mayoría de las mujeres estadounidenses están descontentas con el trato que les dispensa la sociedad, puede dar algunas pistas sobre el porqué de este fenómeno.

 

Por ejemplo, según los expertos muchas mujeres siguen siendo las principales cuidadoras de niños y ancianos. Además, la mayoría tiene además la doble carga de gestionar el hogar y la familia, además de sus trabajos remunerados.

 

No obstante, durante la pandemia, se observó que, aunque las mujeres sufrieron un mayor impacto en su bienestar, se recuperaron más rápidamente, lo que parece indicar que las mujeres son más resistentes emocionalmente que los hombres.

 

También se ha descubierto que las mujeres dan más valor a las conexiones sociales que los hombres. Los estudios han descubierto que las amistades de las mujeres son más íntimas (prefieren las interacciones cara a cara que permiten mayor comunicación y apoyo emocional), mientras que las de los hombres tienden a ser más cercanas, con actividades compartidas.

 

Felicidad frente a propósito

Ahora bien, aunque puede que las mujeres no sean tan felices actualmente como los hombres y se enfrenten a una mayor desigualdad social, un estudio reciente sugiere que las mujeres cuentan con más propósito en sus vidas. Y tener un sentido y un objetivo en la vida se asocia a una mejor salud y a vivir más tiempo.

 

Además, según el estudio, las mujeres tienden a comprometerse más en actividades altruistas, como el apoyo a los demás y las causas solidarias, lo que les aporta un mayor sentido y propósito.

 

No obstante, cabe recordar que estas afirmaciones se realizan de forma general, sin tener en cuenta la diversidad de experiencias individuales. Además, la felicidad es un constructo complejo y multidimensional que no se puede reducir simplemente a diferencias de género.

 

Referencias:

 

Instituto Nacional de Estadística (2022)

Observatorio de la Felicidad de Crear Salud (2018)

Office for National Statistics  (ONS) - UK (2018)

David G. Blanchflower, Alex Bryson. 'The Female Happiness Paradox'. National Bureau of Economic Research (NBER) (2022)

Mallory Montgomery. 'Reversing the gender gap in happiness'. Journal of Economic Behavior & Organization (2022)

Jacqueline S. Zweig. 'Are Women Happier than Men? Evidence from the Gallup World Poll'. Journal of Happiness Studies

Anna Petherick. 'Gains in women's rights haven't made women happier. Why is that? The Guardian (2016)

Lowri Dowthwaite-Walsh. 'Women are less happy than men – a psychologist on why and four things you can do about it'. The Conversation (2023)