Continuando con esta “Experiencia que Vale Oro (EVO)”, la cual se trata de lo que no dirá un hombre que daña o lastima a las mujeres a quienes conquistó. Aunque ya de entrada la palabra “conquistar”, la encuentro dañina, porque me suena a como si fuera una fiera o un caballo al que hay que domar o domesticar.
O peor aún, a aquellos países que llegan a alguna población y la someten y dicen orgullosamente que conquistaron a ese pueblo, pues lo tienen sometido y esclavizado; saqueando sus recursos y todo lo que encuentren de riqueza o que, sea de su interés de quien o quienes dominan a aquel lugar.
Y que, por la vida que este sitio con sus recursos les aporta a los conquistadores; de ninguna manera querrán dejar de tener sometido a las y los pobladores de dicho lugar; pues, les aportan vida. Y según estos (los conquistadores) ofrecen, es una dirección de hacia dónde ir, protección (de que no vengan otros conquistadores y que tomen lo que según ellos les pertenece), entre otras cosas.
Bueno, con este ejemplo, es que quiero dejar establecida una semejanza de cómo y porqué las personas que tienen esta forma de ser (hombres conquistadores), no están ni un poco interesados en dejar libres a estas mujeres. Y quiero aclarar que, en su mayoría son hombres quienes hacen esto, por lo ya expuesto en el escrito anterior, que explica Erich Fromm.
Lo cual se trata de que estos hombres no quieren aceptar que han salido del vientre materno y que ahora deberán hacerse cargo de sí mismos. Y es entonces que cuando nacen perciben esto y buscan a quien funja como su madre, aunque esta mujer lo ve como a una pareja encantadora y que le busca a toda costa.
Sin embargo, lo que está sucediendo es que ya la escogió como mamá y ninguno de los dos lo sabe en consciencia. Y este hombre pedirá y pedirá como el niño que pide a una madre; y no le gustará hacerse cargo o responsable de su vida, ni mucho menos de la de ella o de las hijas e hijos que procreen. Y las cargas en su mayoría se las dejará a aquella mujer elegida.
Triste historia que bien pudiera ser de terror, pero que es lo que muchas mujeres y hombres de este país vivieron o viven aún en sus relaciones, que a mi forma de ver no son de pareja; porque según yo, eso implica que ambas personas se vean como iguales, y aquí no estamos hablando de eso. Sino de relaciones patriarcales y hegemónicas, donde el hombre es la cabeza de aquel tipo de relación y la mujer vive en sumisión.
Bueno, ya para cerrar este escrito, voy a escribir tres de las cosas que un hombre como este, nunca le dirá a la mujer a quien “conquistó” y tiene sometida, que es de lo que se trata este tema.
1 FUI UN HOMBRE TAN INFANTIL, QUE CUANDO TE VI, DE INMEDIATO PENSÉ QUE PODÍAS SER BUENA MADRE, PERO NO ME REFERÍA PARA MIS HIJAS E HIJOS, SINO PARA MÍ
2 TE VOY A DEJAR LIBRE PARA QUE PUEDAS HACER TU VIDA Y DEDICARTE A LO QUE TE GUSTA HACER
3 PERDÓNAME POR EL TIEMPO QUE TE HICE PERDER EN ESTA RELACIÓN TAN DAÑINA A LA QUE TE SOMETÍ
La intención de escribir esto es que las mujeres y hombres que viven en esta situación, la vean y puedan observarla en consciencia. Y después de permitirse sentir todos los sentimientos y emociones que esto les genere, sugiero que puedan ver lo que vivieron como una etapa en su vida. Y la intención de esto es que ambas personas que participan o participaron (tanto hombres como mujeres) en este tipo de relación LLEGUEN A HACERSE CARGO DE SÍ MISMAS EN TODO SENTIDO.
En este momento vemos a personas que juntaron sus formas de ver las cosas. Por ejemplo: la mujer, buscando protección, proveeduría entre otras cosas. Y el hombre, a una madre que le resolviera todas las situaciones que se le presentaran en su vida, tanto emocionales, como afectivas, entre otras.
Y llegado el momento, creo que la cosa pinta en que, cada quien debería cuidarse, proveerse, amarse mucho en la vida, para ser seres humanos en primera instancia funcionales; ya más arribita de eso, pienso que sería el hecho de cumplir nuestra misión de vida de la mejor manera. Aunque el trascender estas formas de ser, pienso que también forman parte de ese cumplimiento.
Bueno, con esto me despido, no sin antes decirte que esta es mi reflexión a la que llego después de integrar varios elementos y vivencias personales y vistas en las personas de mi alrededor. Espero que te pueda servir de referente para que puedas comprender de mejor manera tu vida y lo que vives. Me despido deseando que tengas un bendecido mes de septiembre. Cuídate mucho y nos vemos pronto.
Amor y sociedad.